miércoles, 16 de diciembre de 2009

¿ Por qué no sacamos el niño que llevamos dentro?

El análisis Transaccional proporciona un modelo para comprender la estructura y la dinámica de la personalidad; es un modelo para analizar las relaciones sociales y la comunicación, para explicar las motivaciones del comportamiento, para entender las estratagemas emocionales y relacionales.

Explica la estructura y dinámica de la personalidad a través de los estados del yo, que se clasifican en : adulto, padre y niño.


El Padre


Es la serie de sentimientos , actitudes y pautas de conducta que se asemejan a los de una figura parental. Suele ser la parte que da órdenes, tal y como actuaría un padre; es nuestro yo normativo, exigente, autoritario y normativo. Este yo suele predominar en las personas mayores.




El Adulto


Es la serie autónoma de sentimientos, actitudes y pautas de conducta adaptadas a la realidad actual. Este estado es el encargado de objetivizar la realidad de las cosas, de las personas y acontecimientos. Suele presentarse en las personas maduras capaces de razonar y tomar decisiones. Es el yo calculador, realista, sereno y frío.




El Niño


Serie de sentimientos, actitudes y pautas de conducta que son reliquias de la propia infancia de individuo. Es el yo juguetón, creativo y sensible. Nuestro Niño representa una forma de pensar, sentir y comportarnos subjetiva en la que predomina la afectividad, las emociones, la intuición y la expresividad. Nuestro Niño es la parte de nuestra personalidad que nos aporta la creatividad, la espontaneidad, el entusiasmo, la habilidad y la naturalidad.


A través de esta técnica podemos observar que todos llevamos dentro un padre, un adulto y un niño. Dependiendo del momento en el que nos encontremos dejaremos salir a uno de ellos, facilitando o dificultando, en esa situación, la comunicación o la interacción con la otra u otras personas. Suele ser demasiado grande el miedo a sacar nuestro niño, cuando en ciertas ocasiones sería lo más oportuno. Nosotros como adultos, pensamos que debemos dar un ejemplo, que nuestro comportamiento ha de ser modélico para de este modo poder ser imitado por nuestros hijos, por ejemplo, sin embargo, el yo niño tiene tantas o mas cosas que aportar que el yo adulto o el yo padre. En definitiva, creemos que todos deberíamos sacar el niño que llevamos dentro sin tener miedo a nada, porque ese niño es magnífico y puede llevarnos a numerosos conocimientos.

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